Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA NATURAL Y MORAL DE LAS INDIAS



Comentario

CAPÍTULO IX


Cómo se beneficia el metal de plata



La veta que hemos dicho en que se halla la plata, va de ordinario entre dos peñas que llaman la caja, y la una de ellas suele ser durísima como pedernal; la otra blanda y más fácil de romper; el metal va en medio no todo igual ni de un valor, porque hay en esto mismo uno muy rico que llaman cacilla o tacana, de donde se casa la plata; hay otro pobre, de donde se saca poca. El metal rico de este cerro es de color de ámbar, y otro toca en más negro; hay otro, que es de color como rojo; otro como ceniciento, y en efecto tiene diversos colores, y a quien no sabe lo que es, todo ello parece piedra de por allí; mas los mineros en las pintas y vetillos, y en ciertas señales, conocen luego su fineza. Todo este metal que sacan de las minas se trae en carneros del Pirú, que sirven de jumentos, y se lleva a las moliendas. El que es metal rico se beneficia por fundición en aquellos hornillos que llaman guairas; este es el metal que es más plomoso, y el plomo le hace derretir, y aun para mejor derretirlo, echan los indios el que llaman soroche, que es un metal muy plomizo. Con el fuego, la escoria corre abajo, el plomo y la plata se derriten, y la plata anda nadando sobre el plomo hasta que se apura; tornan después a refinar más y más la plata. Suelen salir de un quintal de metal treinta y cuarenta y cincuenta pesos de plata por fundición. A mí me dieron para muestra, metales de que salían por fundición más de doscientos pesos, y de doscientos y cincuenta por quintal, riqueza rara y cuasi increíble si no lo testificara el fuego con manifiesta experiencia; pero semejantes metales son muy raros. El metal pobre es el que de un quintal da dos o tres pesos, o cinco o seis, o no mucho más; éste, ordinariamente no es plomizo, sino seco, y así por fuego no se puede beneficiar, a cuya causa gran tiempo estuvo en Potosí inmensa suma de estos metales pobres, que eran desechos y como granzas de los buenos metales, hasta que se introdujo el beneficio de los azogues, con los cuales aquellos desechos o desmontes, que llamaban, fueron de inmensa riqueza, porque el azogue, con extraña y maravillosa propriedad, apura la plata y sirve para estos metales secos y pobres, y se gasta y consume menos azogue en ellos, lo cual no es en los ricos, que cuanto más lo son, tanto más azogue consumen de ordinario. Hoy día el mayor beneficio de plata y cuasi toda el abundancia de ella en Potosí, es por el azogue, como también en las minas de los Zacatecas y otras de la Nueva España. Había antiguamente en las laderas de Potosí, y por las cumbres y collados, más de seis mil guairas, que son aquellos hornillos donde se derrite el metal, puestos al modo de luminarias, que vellos arder de noche y dar lumbre tan lejos, y estar en sí hechos una ascua roja de fuego, era espectáculo agradable. Agora si llegan a mil o dos mil guairas, será mucho, porque como he dicho, la fundición es poca y el beneficio del azogue es toda la riqueza. Y porque las propriedades del azogue son admirables, y el modo de beneficiar con él la plata, muy notable, trataré del azogue, y de sus minas y labor, lo que pareciere conveniente al propósito.